Es asumido que el transporte y las comunicaciones de personas, mercancías, etc. se realicen mediante vehículos a motor. Esto nos hace olvidar, que el beneficio lo obtenemos a costa de un mayor riesgo. En efecto, tan presente tenemos los beneficios del coche, la moto o el autobús, que a menudo olvidamos, que choques, colisiones y atropellos, tienen consecuencias nefastas para las personas y sus propiedades.
Ante ello hay una maraña de normas y regulaciones, bienintencionadas, pero que pueden impedir o dificultar lo importante: la pronta recuperación física y la reparación de los daños consecuencia de los accidentes. Nuestra misión es remover los obstáculos, que le impidan recuperar lo suyo y evitarle tener que lidiar con plazos e intereses ajenos a su salud y bienestar.